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GRADUACIÓN DE BACHILLERES 2018


Discurso de Aurora de Rato Salazar-Simpson en la graduación de los bachilleres

Excmo. Sr. Don Federico Torres Muro, Embajador de España, Excmo. Sr. Don Carlos Ruiz, diputado de la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto de la Asamblea Legislativa, Excmo. Sr. Don Juan Pablo Álvarez, alcalde de la ciudad de Soyapango, Sr Don José Panadés, Presidente de la Fundación Padre Arrupe de El Salvador, queridos bachilleres, queridos amigos y familias, buenos días a todos.


Hoy es un día muy importante y especial para todos nosotros. Es un día de celebración y alegría. Hoy se gradúan los alumnos de nuestra vigésima promoción. Alumnos que después de mucho trabajo y esfuerzo han llegado al final de un camino que no ha sido fácil, ni para ellos ni para sus familias. Probablemente alguna vez alguno de ustedes sintió la necesidad de tirar la toalla, de ir por el camino fácil, de intentar coger los supuestos atajos con que la vida nos tienta por el camino.


Pero todos ustedes decidieron creer y confiar en nosotros, en nuestro Colegio y en nuestra institución. Decidieron creer en ustedes mismos, porque no se olviden nunca que son ustedes los que lo han conseguido, ustedes y sólo ustedes que estudiaban cuando muchos no lo hacían, que se sacrificaban cuando lo fácil era no hacerlo, que han luchado y peleado por llegar hasta el final. El mérito es suyo. Tuvieron un sueño y lo han hecho realidad.


Y de eso se trata la vida queridos bachilleres: de los que quieren alcanzar sus sueños y los que se conforman con lo que la vida les ofrece; los que luchan y pelean por conseguir sus metas y los que deciden no hacerlo. Pues merece la pena luchar y pelear y perseguir aquello que quieres. La vida me ha enseñado que no hay sueños demasiado grandes sino gente demasiado pequeña.


Ustedes han demostrado que son grandes, que consiguen lo que se proponen, que no le temen ni al trabajo duro ni a las dificultades. Porque no es fácil pero tampoco es imposible. Nada lo es.


De hecho, todos nosotros estamos aquí por un sueño. El sueño del Padre, como lo llaman ustedes, del Padre Juan Ricardo Salazar-Simpson, para mí, mi tío Juanri. Y de su tesón y empeño en conseguirlo.


Conocí y compartí muchas cosas con él. Era un pedagogo extraordinario al que le encantaba estar con los niños, enseñarnos el mundo y compartir con nosotros lo que sabía. Y me enseñó y me transmitió muchísimas cosas. No sólo matemáticas y física sino que me enseñó también a hablar con Dios y a buscarlo, me enseñó a verlo y reconocerlo en las cosas que nos rodean. Me transmitió la suerte inmensa que tenemos de tener no sólo un Dios sino un Padre Celestial, que como tal nos quiere, nos ampara y nos perdona. Y que de manera sutil nos guía y acompaña durante toda nuestra vida. No se olviden nunca de eso y apóyense en él.


Me enseñó también la importancia de dar siempre lo mejor de uno en todo lo que hacemos, me enseñó a no conformarme y a ir siempre más allá, me enseñó a luchar por lo que quería. Me enseñó que la honestidad y la honradez con uno mismo y con los demás es el pilar básico sobre el que sustentarse. Sin eso no somos nada.


Tuve la tremenda suerte de compartir con él mi infancia y parte de mi adolescencia. Y me marcó para siempre.


Y tío Juanri tenía un sueño: ayudar a los demás. Para cumplir ese sueño vino a El Salvador en plena Guerra Civil. Aquí decidió entregar su vida para hacer “hombres y mujeres para los demás”.


En seguida se dio cuenta de que la mejor manera de ayudar a este país era a través de la educación, de una educación integral basada en la excelencia académica y en los valores. Era un hombre apasionado y conseguía contagiar su pasión a todos los que lo rodeaban. Y así es como él y sus hermanos decidieron crear, en el año 92, la Fundación Padre Arrupe.


Lamentablemente él solo pudo ver a la Primera Promoción graduarse, pero luchó y peleo por su sueño hasta el final. Mi madre como presidenta de la Fundación, mis tíos y mi padre, recogieron el testigo que él dejó y convirtieron en suyo el sueño de mi tío Juanri. Mucho trabajo duro y mucho esfuerzo ha supuesto llegar hasta aquí pero nunca se rindieron y gracias a ello, ese sueño de tío Juanri es hoy en día un complejo que educa en la excelencia a unos 1450 alumnos y atiende a más de 60.000 pacientes al año en la Clínica Asistencial.


Ahora, una nueva generación de Salazar-Simpsons, representada por mí, seguimos construyendo ese sueño y seguimos peleando por él.


Peleen todos ustedes también por sus sueños. Todo es posible y este Colegio y esta Fundación son clara muestra de ello. Nadie hace más de 25 años hubiera creído que el sueño de mi tío Juanri habría llegado hasta aquí. Y aquí estamos.


Luchen y pelen por lo que sueñan y por lo que quieren, no siempre es fácil, pero se puede. Luchen, luchen, y ¡LUCHEN! No dejen que nada ni nadie les diga lo que se puede y no se puede hacer. La fuerza la llevan todos ustedes dentro. Son ustedes los que han llegado hasta aquí, eso ya lo han conseguido y sé, y no me cabe la menor duda, que podrán conseguir todo lo que se propongan. Ahora son ustedes el propio motor de sus vidas.


Quiero darles a todos mi más sincera enhorabuena por la puntuación conseguida en la prueba PAES de este año. El segundo mejor Colegio de la República con un 8,79 de media. Y además coincidiendo con nuestro vigésimo aniversario. Estoy muy orgullosa de todos y cada uno de ustedes. Gracias por su trabajo y su dedicación.


Este año, como he dicho, cumplimos veinte años de trayectoria. Veinte años de lucha y pelea y de momentos inolvidables. Veinte años de mucho esfuerzo y tesón pero que se ven recompensados cada año con cada promoción que se ha ido graduando del colegio. Ustedes son nuestra mejor medalla y nuestro mejo reconocimiento.


No quiero acabar mi discurso sin agradecer a todos los que hacen realidad este proyecto cada día y sin los cuales nada de esto sería posible. Muchos de ellos llevan aquí muchos años y son los verdaderos motores de esta Fundación.


Quiero agradecer a todos los trabajadores: jardineros, vigilantes, gente de mantenimiento y personal administrativo su duro trabajo para que cada día podamos abrir las puertas y seamos un “oasis de paz” para nuestros niños.


Quiero dar las gracias a los profesores que trabajan cada día para ofrecer lo mejor a cada uno de ustedes. Que acompañan y guían en su andadura educativa. Está claro que son mucho más que Maestros. Ellos son la piedra angular sobre la que el Colegio se sustenta. Su dedicación inmensa, su saber y su buen hacer colocan a esta institución en el sitio que se merece.


Por supuesto, dar las gracias “al Profe Santiago” nuestro Director Académico, y a la Licenciada Evelyn Méndez de Sánchez, nuestra Directora General su dedicación e implicación con este proyecto y con la Fundación. Sin ellos no habríamos conseguido llegar donde estamos hoy.


Agradecer también la labor de la Fundación Padre Arrupe de El Salvador y de su presidente, Don José Panadés y de toda la asamblea y la junta directiva. Gracias José por tu labor constante y permanente.


Quiero agradecer también el apoyo incesante de los Alcaldes de Soyapango y Ciudad Delgado, de la Presidencia de éste país, de la Asamblea Legislativa, de los Ministerios del Gobierno salvadoreño y de los partidos políticos que cada año dan sus votos para seguir apoyándonos. También el apoyo de la Casa Real española, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Educación y cultura de mi país, de la AECID y de la Embajada de España, y de su Embajador aquí presente, de la Comunidad de Madrid, de la Unión Europea y de muchos ayuntamientos y comunidades españolas que confiaron en nosotros cuando empezábamos y cada año desde entonces,y sin cuya ayuda este Colegio no sería posible.


Quiero agradecer el apoyo de todos y cada uno de nuestros benefactores. De los grandes y de los pequeños. Todas las ayudas que recibimos son indispensables para poder abrir las puertas de nuestro Colegio cada día, donde poder ofrecer esta educación integral y que todos ustedes se puedan beneficiar de ella. Por favor sigan confiando en nosotros, los resultados hablan por sí solos. En el año 2015 fuimos el Primer Colegio de la República de El Salvador. En el 2016, en el 2017 y en el 2018 los segundos. ¿Son casualidad estos resultados? No, son fruto del trabajo y el tesón de estos alumnos, del entusiasmo y la sabiduría de sus profesores y de la ayuda que recibimos y que necesitamos para hacerlo posible.


Queridos Bachilleres, ya termino. Enhorabuena. Lo han logrado. Enhorabuena por la PAES, por el título de Bachiller y por haber llegado hasta aquí. Estamos orgullosos de ustedes. Se han convertido en “hombres y mujeres para los demás”. Recuérdenlo siempre. La felicidad no está en recibir sino en dar a los demás. No olviden nunca lo que aquí han aprendido. Saber, Valorar, Elegir. Que nuestro lema y valores los acompañen.


Acuérdense de que ustedes nos representan. Representan el nombre del Colegio Español Padre Arrupe y de la Fundación. Llévenlo con orgullo y dignidad y acuérdense de vez en cuando de nosotros. Acuérdense ustedes de lo que recibieron y compartan su suerte con los demás.


Que Dios les ilumine y les bendiga a todos. Y que el Padre Juan Ricardo, mi madre y mi padre, que desde el cielo estarán sonriendo hoy complacidos, sigan velando por todos nosotros y nos guíen e inspiren para continuar esta gran obra.






Les deseo todo lo mejor. ¡Enhorabuena y suerte!


Aurora de Rato Salazar-Simpson

Presidenta de la Fundación Padre Arrupe

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