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NOS DESPEDIMOS DE EVELYN, PERO NUNCA OLVIDAREMOS SU GRAN LABOR

El 17 de julio será un día triste y señalado para la Fundación Padre Arrupe desde este año. Ese día nos dejó, víctima de esta maldita pandemia que está causando estragos por el mundo entero, el COVID-19, Ana Evelyn Méndez de Sánchez, Directora General de la Fundación de El Salvador. Veinticuatro años llevaba trabajando en la Fundación Padre Arrupe. Casi un cuarto de siglo en el que ayudó a construir el proyecto desde su inicio. Abrió el primer día las puertas del colegio para los estudiantes, lo ayudo a crecer, a convertirse en uno de los mejores colegios de la República de El Salvador. Y continuo con la clínica que paso de ser una idea a convertirse en una realidad que atiende a más de 60.000 pacientes al año.

Ya mi tío Juanri en 1997 cuando la contrató, vio en ella a la gran mujer que era. Él solía decir “es pequeñita de altura pero es más lista que nadie y no se le pasa una y muy trabajadora, una joya.” Y así fue como esa joya llegó a nuestra Fundación para quedarse y para ayudarnos a toda la familia Salazar- Simpson a hacer realidad el sueño de mi tío Juanri que falleció un año y medio después. Su excelente trabajo, tesón, fuerza, buena gestión y honestidad la llevaron a liderar la Institución de manera sobresaliente y sin una sola grieta o factura. Yo la conocí siendo adolescente, en esos viajes a El Salvador con mis padres donde iba conociendo poco a poco el proyecto y al personal. Y oía a tio Juanri hablar de su enorme valía.

Luego se hizo cargo de la Institución mi madre que confiaba en ella absolutamente y era su piedra angular para toda la parte contable del proyecto. Y ya hace 5 años tomé yo las riendas de la Institución y desde entonces mi relación con ella no hizo más que estrecharse y estrecharse. Efectivamente era una mujer de altura media pero es que el tamaño grande se lo había llevado toda su corazón. No sólo era una trabajadora infatigable, listísima y perspicaz sino que era capaz de hacer en tiempo record cualquier cosa que le pidiera. No dormía mucho y salvo sus clases de gimnasia y el cuidado de la su familia y amigos la verdad es que la devoción y la entrega que tenía por nuestra Fundación y su proyecto eran inmensos. Se ganó en poco tiempo mi respeto, mi admiración y un lugar en mi corazón y ahí seguirá para siempre.


“Querida Evelyn, ahora eres otra estrella de esas que miro por las noches

y que sé que nos guían y nos iluminan. Ya sois 4. Nos quedan todavía muchos niños y familias a las que ayudar y

proyectos en mente que conseguir llevar a cabo. Tú los conoces bien porque los he hablado contigo muchas veces. Todos nosotros seguiremos trabajando duro para os sintáis orgullosos.”

Aurora de Rato Salazar-Simpson


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